Carlos Salamanca Gutiérrez

Valladolid, 1951 – Murcia, 1991
Artista, pintor y diseñador gráfico

Inicio este texto sobre Carlos Salamanca marcada por la última vez que nos encontramos. De noche, en alguna fiesta de la Concejalía de Juventud, donde fuimos compañeros. Contenta de verle, me acerqué a él, quien, alegre, bailón y lleno de energía, en lugar de besarme… me mordió la nariz. Después de ese momento, no tengo ningún recuerdo y me pesa.

Tampoco consigo nada de Google, tan temprana fue su muerte. Rodeada de sus carteles de conciertos pop, consciente de que para muchas personas Carlos Salamanca será todo un descubrimiento, me organizo para contar con el apoyo de dos personas importantes para él: la que fuera su mujer, Águeda Carreño —con quien compartió vida y experiencias creativas y con quien tuvo a Carmen Mencía, en 1985, y a Carlitos, un año más tarde— y el técnico de actividades socioculturales Paco Manuel Reverte, su cliente y amigo. 

Carlos Salamanca fue un pintor autodidacta que vino a Murcia en los primeros 80, junto con otros vallisoletanos que dejaron atrás la friura para montar negocios exitosos, como la discoteca «Metal Beat, La Metal», y, más tarde, la tienda de decoración y regalos “Tokio y Cía”. Su primer trabajo en la región fue para otro lugar de encuentro lúdico que llegó a ser una referencia en el Mediterráneo y duró hasta bien entrado el nuevo siglo, el ZM 101, situado en La Manga del Mar Menor, para el que diseñó la identidad gráfica —un barco junto a un poste— y también pintó un mural, que no se conserva. Allí conoció a Águeda, promotora de la iniciativa, y pronto iniciaron una vida juntos, relacionándose con otros jóvenes arquitectos, fotógrafos, pintores, diseñadores, músicos… y formando parte de la actividad cultural más fresca y dinámica de la Murcia de aquel momento.

Paco Manuel Reverte lo recuerda así: “me lo presentó el recordado amigo Emilio Poveda, entonces compañero en el equipo de los Espacios Jóvenes Yesqueros y La Nave. Necesitábamos un diseñador que nos ayudara a lanzar las actividades de estos nuevos proyectos que impulsaba la Concejalía de Juventud y Deportes del Ayuntamiento de Murcia al comenzar 1987, dos centros que pretendían combinar el arte joven, la música en directo y la participación juvenil… Con una programación variada y tan flexible que parecía una combinación entre discoteca, centro cultural y asociación vecinal, era labor del diseñador lanzar una imagen atractiva con agilidad. Y Carlos lo consiguió, porque sus diseños tenían la frescura y rapidez del pintor artista de bocetos combinada con la “artesanía de la fotocomposición”. Como me recordó hace poco Lorenzo Díaz Vico, otro creativo que también pasó por Yesqueros y La Nave, “Carlos tenía magia”.

“Carlos tenía magia”

Y era cierto. En sus pinturas, en sus diseños, en su manera de contar las historias… Como cuando narraba cómo se enamoró de las palmeras al llegar a esta tierra y que por eso tanto le gustaba pintarlas”. 

Águeda confirma que Carlos diseñaba con las manos, “dibujaba, componía y se iba a la imprenta —Joaquín Valls, Surgraf, a veces, para lo más grande, a Novograf— a rematar la tarea. Disfrutaba con el trabajo realizado para el Ayuntamiento de Murcia, se sentía arropado, a gusto”. Y remata la breve entrevista contándonos que su hija Carmen, “Boogie”, como la llamaba su padre, es periodista y publicista.

Carlos Salamanca llegó a disfrutar la primera exposición pública de sus «Pinturas» en el centro juvenil Yesqueros, a finales del año 88; la siguiente, a mediados de los 90 en el bar “El Albero”, ya fue un homenaje in memoriam. Hoy la tecnología nos da la oportunidad de invitar a revisar el legado de este diseñador y pintor que vivió en Murcia durante una década, para disfrutar de su magia y encontrarnos en ella.

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Un recuerdo de Águeda Carreño, Teresa Jular y Paco Manuel Reverte.

Bolsa 
Peluquería Abisinio /a /os /as 

Camiseta 
Para Booguie bebé 

Cartel
Mañana Más

Cartel
La Fuga

Folleto
Portada leña al fuego

Folleto
Interior leña al fuego